Un movimiento obrero sin conducción

El nuevo triunvirato de la CGT profundizó un malestar que ya venía creciendo entre trabajadores y trabajadoras: la sensación de no estar representados. En este análisis repasamos la pérdida de fuerza sindical, el avance de reformas regresivas y el retroceso de derechos laborales que amenaza con devolvernos a épocas previas al peronismo. ¿Qué pasa cuando el movimiento obrero queda sin conducción real?

En esta edición de De ida y vuelta abordamos un tema que preocupa a trabajadores y trabajadoras de todo el país: la pérdida de conducción dentro del movimiento obrero. Con el anuncio del nuevo triunvirato de la CGT, la sensación de desorientación y falta de representación se profundiza, especialmente en un contexto de reformas laborales regresivas.

Andrea Blandini abrió el programa destacando que la Argentina parece retroceder a tiempos anteriores al peronismo, cuando los derechos laborales estaban lejos de ser una conquista firme. Hoy, en lugar de avanzar, volvemos a discutir lo que ya estaba garantizado.

Fabiana Yunes coincidió: vivimos un país extraño, pero la lucha continúa. Desde este espacio, afirmó, no se bajarán los brazos.

El secretario general del Sindicato de Gráficos de Mendoza, Daniel Ávila, aportó un análisis directo: el retroceso es enorme. Para él, estamos volviendo a un esquema laboral donde se trabaja más, se gana menos y se pierde calidad de vida. Jornadas extendidas, salarios bajos y un modelo que beneficia al empresariado mientras debilita al trabajador.

A esto se suma algo que diversos gremios vienen señalando: “no nos sentimos representados”. Ese malestar ya es general. El nuevo triunvirato dejó afuera a gremios más combativos y a sectores como la Corriente Federal, que históricamente fue la columna vertebral de las luchas sindicales. Sin esa presencia, la CGT aparece debilitada.

La conversación también expuso cómo algunos gremios, como la UOCRA en Córdoba, ya expresan públicamente posturas que se alinean más con la flexibilización que con la defensa de los derechos. Se habla de reemplazos tecnológicos, de vacaciones reconfiguradas, de convenciones “viejas”. Todo en un clima donde las reformas apuntan a recortar, no a ampliar derechos.

En sectores como el gráfico, la preocupación es concreta: el avance de un banco de horas, la pérdida de vacaciones planificadas y la desaparición de las horas extras afectan directamente la vida familiar y la posibilidad de descanso. El retroceso se siente en lo cotidiano.

La estructura del triunvirato también genera dudas: incluye gremios pequeños como vidrieros o seguros, con escasa representatividad, mientras deja afuera a sectores con mayor peso real en la fuerza laboral mendocina. Incluso camioneros —uno de los gremios más poderosos— atraviesa tensiones internas que debilitan su capacidad de articulación.

La pregunta de fondo se vuelve inevitable: ¿qué sucede cuando el movimiento obrero queda sin conducción firme?
La respuesta aparece en las calles, en las fábricas y en los hogares: se pierde defensa, se pierden derechos, se debilita la capacidad colectiva de resistir reformas que precarizan.

Este programa busca justamente abrir ese debate. Porque la historia demuestra que cuando los sindicatos están fragmentados o debilitados, quienes pagan el precio son siempre los trabajadores y trabajadoras.

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