En este bloque de Ida y Vuelta, retomamos el análisis del día después de las elecciones.
El eje: la reforma laboral, los convenios colectivos y la relación de dependencia.
Andrea Blandini plantea:
“Estamos acostumbrados al trabajo en relación de dependencia, pero lo que se está reformando no existe más: las fábricas están cerradas, las pymes quebradas, el circuito productivo roto. ¿De qué trabajo hablamos?”.
El debate parte de una evidencia: el modelo económico no genera empleo genuino.
Mientras tanto, se copia la receta de otros países como Grecia, con jornadas de 13 horas, sin un tejido productivo que lo sostenga.
“Podés reformar lo que quieras, pero si no hay producción, no hay futuro”, advierte Andrea.
En Mendoza, el voto reflejó la estructura del poder:
Cornejo festejó sobre sus propios empleados, el peronismo movió su maquinaria y subió apenas unos puntos.
Pero el resto —el 40% que no fue a votar— sigue afuera.
Andrea vuelve sobre lo esencial:
“La verdadera reforma laboral es el desempleo. La verdadera flexibilización es el miedo”.
Se mencionan casos concretos: las empresas proveedoras del Estado, como Jeeps, dueñas de las camionetas que distribuyen la merienda escolar que llega en malas condiciones.
Incluso se recuerda la ley que prometía meriendas saludables en las escuelas, nunca cumplida.
“Primero fue con los empleados públicos, ahora vendrá el privado. Y si no reaccionamos, la Legislatura será una escribanía y la Justicia una legitimación de lo ilegal”, dice Andrea.
Gabriel coincide: el miedo se metió tan hondo que paraliza.
El estrés, la ansiedad y la incertidumbre dominan a una población que ya no soporta otra crisis.
Andrea llama a la acción:
“Hay que volver a generar confianza. Hay 618.000 mendocinos que dijeron ‘no’ al sistema. Ese es el punto de partida. No esperemos que otros nos defiendan: tenemos que salir a lucharlo nosotros mismos”.
La charla se amplía hacia lo histórico.
Se recuerda cómo Alfonsín defendió la democracia frente a los golpes y cómo sostener las instituciones siempre fue una lucha.
Hoy lo sigue siendo.
Andrea concluye con una advertencia:
“Los que dicen que hay que levantarse temprano y trabajar, que miren alrededor: las empresas cierran, los jóvenes emigran, y el circuito productivo está roto. No hay dónde producir”.
El bloque cierra con una frase que resume el espíritu del programa:
“No hay reforma laboral posible sin trabajo real. No hay libertad sin dignidad. Y no hay país sin producción.”

