En el programa quedó claro que el debate educativo en Mendoza viene cargado de silencios, omisiones y discursos que intentan maquillar una realidad mucho más dura. Mientras hablábamos de la reforma del secundario, Gabriel compartió algo fundamental: participó en la redacción de un proyecto de ley en Buenos Aires para integrar la salud mental en todos los niveles educativos, con mesas intersectoriales entre educación y salud, formación para docentes y equipos técnicos, y casi sin costo presupuestario. La llamaron “Ley Maitena”, en honor a una adolescente que vive con esquizofrenia y lleva una vida absolutamente normal gracias al acompañamiento adecuado.
Ese proyecto representa exactamente lo contrario de lo que hoy estamos viviendo en Mendoza. Porque para hablar de reforma educativa primero hay que preguntarse qué enseñamos cuando enseñamos. Y lo que más daña la salud mental de nuestros adolescentes es la violencia solapada de un sistema que los expulsa: evaluaciones usadas como castigo, docentes desbordados, trayectorias educativas que ya no se piensan para incluir, sino para seleccionar.
La reforma de secundaria que propone el gobierno está construida sobre un concepto engañoso: “trayectorias diversas”. Suena amable, suena moderno, pero en realidad encubre un sistema de castas educativas. Como en Chile, quien provenga de una familia con capital cultural podrá acceder a escuelas que articulen con universidades; quien provenga de hogares con oficios será empujado a escuelas técnicas con límites claros de proyección. Así, se determina desde la adolescencia quién puede aspirar a ser médico o ingeniera, y quién solo podrá acceder a trabajos manuales.
Eso no es libertad: es predeterminación social.
Y esto ya pasa en Mendoza. Todos saben que entrar a ciertos jardines abre circuitos “prestigiosos”: Merceditas, Patricia, secundarios de ciudad, universidad. Mientras que otros jardines articulan con escuelas desvalorizadas y trayectorias más frágiles. Estos circuitos no son naturales: son construidos por un sistema educativo que reproduce desigualdades y por un Estado que dejó de invertir.
Tuvimos muy pocos años reales de inversión educativa en Argentina. En Mendoza se llegó a destinar un 25% del presupuesto a educación. Hoy estamos en el 10%. Y mientras tanto, el gobernador promete construir 25 escuelas cuando en diez años no construyó ni una secundaria. Un decálogo de buenas intenciones que no se sostiene en hechos.
Desde mi lugar, veo lo mismo que ven las y los compañeros: palabras lindas que esconden políticas regresivas. Por eso se está elaborando un documento comparativo desde ATEM para llevar a las jornadas del 22 de diciembre, donde el gobierno va a bajar la reforma a todas las escuelas. Artículo por artículo, se va a mostrar lo que la ley dice… y lo que realmente significa. Porque si no lo explicamos con claridad, la comunidad puede confundirse con un discurso que parece amable pero que viene a profundizar desigualdades históricas.
Cerramos el programa con un dato clave: el 9 hay una convocatoria urgente para defender la vida, decir NO a la megaminería contaminante y exigir que el Senado rechace el proyecto San Jorge. Y también recordamos que mañana se cumplen 15 años de la Ley Nacional de Salud Mental. Una oportunidad para recordar que, antes que nada, somos humanos, y que la solidaridad es la base de cualquier sociedad justa.
Nos quedó pendiente la voz de la Asamblea del Agua, que está trabajando en los territorios y será invitada en el próximo programa. Porque de eso se trata: de construir un “nosotros” que defienda la educación, la salud mental, el agua y la vida misma.

